Las pymes industriales piden una reducción de las cargas fiscales al trabajo con el fin de potenciar el empleo, ya que la industria, tras la construcción, ha sido el sector que más empleo ha perdido durante los años de la crisis económica. Asimismo, reclaman medidas que favorezcan la innovación y la exportación, lo que permitirá consolidar el proceso de reindustrialización en nuestro país. Así se ha puesto de manifiesto durante la presentación del número de Papeles de Economía Española, “La industria española: un impulso necesario”, editado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), que se ha celebrado hoy en la sede de la Cámara de Comercio de España.
El presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet, el director general de Funcas, Carlos Ocaña y José Carlos Fariñas, Catedrático de Economía de la Universidad Complutense e Imad Kanjou, representante de la dirección general para el Mercado Interior, Industria, Emprendimiento y Pymes de la Comisión Europea han sido los encargados de presentar a los medios de comunicación este informe, que recoge la opinión de varios expertos sobre cuál es la situación de partida de la industria española, sus fortalezas y debilidades, con el fin de crecer en el futuro.
Ante la evidencia de que España necesita un nuevo modelo productivo, Carlos Ocaña, director general de Funcas, ha subrayado que el “nuevo impulso solo puede venir acompañado de una mejora de nuestro sector exterior y, dentro de este, la industria juega un papel crucial”. Ocaña ha repasado la evolución de la industria en los últimos años recordando que, pese a la pérdida de empleo y la reducción del número de empresas, ha resistido mejor la crisis por estar más ligada al ciclo económico mundial y no participar de la burbuja en los sectores más dinámicos. Prueba de la resistencia que ha mostrado el sector industrial es que el número de afiliados a la Seguridad Social lleva 20 meses consecutivos aumentando, algo que no había ocurrido desde el comienzo de la serie histórica de este indicador en 2001. Ocaña ha añadido que “los costes laborales unitarios de la industria manufacturera española han caído un 5,2% desde 2008, mientras que la media de la zona euro ha aumentado un 6,3%, lo que nos ha permitido recuperar el 65% de la competitividad en costes perdida entre 1998 y 2009”.
La necesidad de reindustrialización trasciende las fronteras de España y pone de manifiesto los beneficios de una economía más industrializada como “una balanza comercial saneada, la generación de empleo más cualificado y mejor remunerado, y una mayor productividad y bienestar del país, pues son las actividades industriales donde se generan avances y mejoras tecnológicas”.
Por su parte, José Carlos Fariñas, catedrático de Economía de la Universidad Complutense de Madrid y coautor del estudio, ha incidido en el importante cambio de tendencia que se ha producido en 2014 y el primer semestre de 2015. Tras perder, en términos de empleo, casi el 20% del tejido productivo entre 1995 y 2014, “el año pasado ha sido el primero, desde el inicio de la crisis, en el que la producción y el empleo de la industria han tenido crecimientos positivos. Además, de manera un tanto excepcional, el crecimiento del sector superó al del conjunto de la economía. En parte este comportamiento se explica por el bajo nivel alcanzado por la producción manufacturera en los últimos años, pero no deja de ser excepcional que por primera vez en quince años la industria haya crecido más que el resto de la economía”.
Sin embargo, Fariñas ha matizado que no puede olvidarse la tendencia de largo plazo de la industria. En 1990 España ocupaba la posición 9ª en el ranking de países con mayor cuota de producción mundial en el ámbito de las manufacturas y en la actualidad ocupa la 14ª. En los últimos años, además, España está experimentando una desindustrialización más intensa que el resto de países de la OCDE. De cara al futuro, Fariñas considera que “los esfuerzos deben orientarse a favorecer el desarrollo de nuevas actividades ligadas con el cambio tecnológico que tiene lugar en el sector. Hay que frenar que España esté entre los países que encabezan el proceso de desindustrialización de la OCDE”.
Las demandas de las pymes industriales
Durante su intervención, José Luis Bonet ha subrayado la necesidad de implantar políticas que impulsen el empleo, la innovación y la internacionalización en la industria, que deben acompañarse con medidas en materia de financiación, simplificación normativa y formación. “Estas políticas o instrumentos públicos de apoyo deben estar diseñadas específicamente para la pequeña y mediana empresa y deben recoger sus necesidades y demandas reales”, ha declarado Bonet.
Reducir las cargas fiscales al trabajo con el fin de potenciar el empleo, ganar masa crítica y tamaño para competir en el exterior, fortalecer las prácticas de las empresas a través de la Formación Profesional Dual, lograr una mayor transparencia y simplificación normativa para reducir costes y facilitar el acceso al crédito de las empresas, son algunas de las prioridades que reclaman las pymes industriales cuya opinión ha sido recabada por la Cámara de Comercio de España.
Integración de la competitividad industrial
Por último, Imad Kanjou, de la dirección general para el Mercado Interior, Industria, Emprendimiento y Pymes de la Comisión Europea, ha puesto de manifiesto que la política industrial europea se debe articular a través de distintas iniciativas como la Unión Energética, el Mercado Único Digital, la Unión de los Mercados de Capitales y la iniciativa sobre el Mercado Interior de Bienes y Servicios, factores que componen la denominada “integración de la competitividad industrial”.
Este nuevo enfoque europeo se articula en torno a tres grandes ejes: Integración de la industria europea en las cadenas de valor, la modernización del tejido industrial y un entorno empresarial adecuado.