Las cifras de desempleo juvenil en España son un drama que hay que corregir con urgencia. En la actualidad, el 52,7 % de los menores de 25 años –casi un millón de jóvenes- no encuentra trabajo. Preocupados y alarmados por estos datos, las Cámaras de Comercio vienen advirtiendo desde hace tiempo de que la formación profesional es uno de los ámbitos sobre los que hay que intervenir. Más en concreto, apostamos por el sistema de formación profesional dual –combinar los estudios teóricos en la escuela con las prácticas remuneradas en las empresas- para conseguir que la oferta de las cualificaciones de los trabajadores se adecuen a la demanda del mercado laboral, alcanzando así un punto de equilibrio que permita reducir el paro entre los jóvenes y abrirles unas perspectivas de futuro y unas esperanzas de las que ahora carecen.
La semana pasada, las Cámaras de Comercio españolas y alemanas firmaron un convenio para implantar esta modalidad formativa en nuestro país, siguiendo el modelo que tan excelentes resultados está ofreciendo en Alemania, donde la tasa de paro juvenil es del 7,9 %. Ambas organizaciones pondrán en marcha, en los próximos meses, la metodología de trabajo para aprovechar en España el éxito que el sistema de formación profesional tiene en Alemania. Asimismo, la ministra de Trabajo ha confirmado que se está redactando la normativa que regulará la implantación de la formación profesional dual.
La formación profesional en Alemania tiene mucho prestigio. La combinación de teoría y práctica garantiza una elevada cualificación y el 60 % de los jóvenes que terminan la enseñanza primaria realizan formación profesional. Otro dato a destacar es que en torno al 90% de los aprendices se quedan en la empresa tras la finalización de la formación, lo que permite que la tasa de desempleo juvenil sea tan reducida. Entre un 10-15% de los alumnos de formación profesional continúan los estudios en la Universidad.
La estrecha cooperación entre los agentes implicados (alumnos, empresas-Cámaras de Comercio y entidades educativas) es obligatoria para poder garantizar la calidad de la cualificación. Esto implica la participación de empresas idóneas así como la existencia de tutores cualificados, tanto profesional como pedagógicamente. De esta manera, los alumnos cuentan durante todo su proceso formativo con un mecanismo de apoyo y orientación práctica.
En realidad, lo que se propone no es, en lo básico, nada nuevo. La figura del aprendiz es bien conocida y fue muy utilizada en nuestro país, con excelentes resultados. En el caso que nos ocupa, la formación dual combina desde el primer día la capacitación teórica con la formación directa en un centro de trabajo: el aprendiz se forma en la empresa durante tres o cuatro días a la semana, y asiste a una escuela profesional uno o dos días a la semana. La formación completa dura entre dos años y tres años y medio, según la profesión.
Las Cámaras de Comercio han actuado tradicionalmente en Alemania como las “responsables públicas” del proceso de la formación dual, por ser éste un sistema de educación vinculado estrechamente a la empresa o centro de trabajo, papel que podrían desempeñar también las Cámaras españolas. Entre otras, ejercen funciones de asesoramiento y control, organización de exámenes, registro de los contratos de aprendizaje o intermediación con las empresas que ofertan plazas.
En definitiva, el objetivo último consiste en obtener el máximo provecho de la formación impartida, sabiendo que el mejor modo de aprender es formándose principalmente en el lugar de trabajo de la empresa. La Cámara de Huesca defiende desde hace años que la inversión en educación y formación es garantía de rentabilidad futura para la sociedad, y por ello apostamos por la implantación de un modelo de contrastada eficacia como medio para ayudar a nuestros jóvenes a labrarse un digno horizonte profesional.
Manuel Rodríguez Chesa,
Presidente de la Cámara de Comercio e Industria de la provincia de Huesca